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HOGWARTS: COLEGIO SOLO PARA CHICOS
El Ministro de Magia decide, por seguridad ante el retorno del mago tenebroso más temido de los últimos 10 años, convertir el famoso colegio de magia en un colegio solo para chicos.

Tan solo 72 horas después de adquirir el cargo de Ministro de Magia, tras la destitución de su predecesor, Cornelius Fudge, Rufus Scrimgeour toma como medida de seguridad, ante la amenaza de «Quien-no-debe-de-ser-nombrado», convertir el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en un colegio exclusivamente para jóvenes varones magos. El ministro asegura que esta medida se debe al peligro de reunir a tantos jóvenes magos en un mismo lugar dada la situación actual, «Quien-no-debe-de-ser-nombrado» podría tener interés en atacar el colegio, dirigido por su mayor enemigo, Albus Dumbledore, y en el que actualmente estudia el chico que le arrebató el poder, el famoso Harry Potter.

Scrimgeour declaraba que veía imposible que «Quien-no-debe-de-ser-nombrado» atacara al colegio, pero aún así era necesario tomar esta medida por si sus previsiones fallaban no poner en peligro a tantos jóvenes. Esta medida surge para satisfacer a los padres de tantos magos y brujas que temían por la seguridad de sus hijos en Hogwarts, si bien seguirán preocupados por sus hijos varones, se sentirán aliviadas al saber que sus hijas estarán a salvo, en Beauxbatons, donde el ministro asegura que serán bien recibidas, o, si así lo desean sus padres, en sus propias casas.

La medida de enviar a las mujeres al extranjero, según fuentes del Ministerio, se debe a que los datos estadísticos demuestran que los padres se sienten más seguros dejando a sus hijos en Hogwarts que dejando a sus hijas. Aunque algunos piensan que esta medida no es más que el fruto de la conservadora moral del ministro, Scrimgeour insiste en que es una medida necesaria y pedida por los ciudadanos de la comunidad mágica.

La nueva política de Hogwarts, a la que el director no se siente a gusto, según nuestras fuentes, no solo afecta al alumnado del centro, sino que también afecta al personal docente y de servicio del colegio (ver más sobre este tema en la página 47), lo cual ha traído como efecto el ascenso del profesor Severus Snape a subdirector, compaginando con sus deberes de Jefe de la Casa Slytherin y su nueva asignatura, Defensa Contra las Artes Oscuras, quedando vacante el puesto de profesor de pociones, que se suma a las vacantes que han dejado las profesoras y empleadas de Hogwarts…

Harry tenía esa página de El Profeta encima de su escritorio, la leía una y otra vez, desde que salió a la venta, al principio del verano, sin poder creérselo, no podía creer que Dumbledore permitiera que eso sucediera, aunque ya en el pasado Harry había sido testigo de la presión que el Ministerio era capaz de hacer sobre Dumbledore.

Por mucho que intentara hacerse a la idea, Harry no podía imaginarse como sería su sexto curso en Hogwarts sin su mejor amiga, Hermione Granger, quien le había escrito una carta, a él y a Ron, diciéndoles que había sido admitida en Beauxbatons, gracias a sus buenas notas, y asegurándoles lo mucho que los echaría de menos, junto a algunos trucos para no dejarse llevar por la pereza ahora que ella no estaría para recordarles lo que debían hacer.

Finalmente, Harry metió en su baúl, amontonado con el resto de cosas que se llevaría a Hogwarts, la página del periódico y, con más cuidado, con mucho cariño, la carta de Hermione, en el fondo del baúl, junto a otros muchos objetos que él apreciaba mucho. Al día siguiente Dumbledore iría a recogerle, según decía su carta, aunque Harry aún no lo creía…